Gustavo tiene 30 años, vive en Venado Tuerto junto a su mujer Maria Sol y son padres de dos niños. Cada día ellos salen a trabajar para poder darle a sus hijos todo lo que necesitan, pero hace 5 meses emprendieron un nuevo proyecto familiar, en el que todos participan de una u otra forma, la restauración de bicicletas.
“Siempre me gustó arreglar bicis y por cómo está la situación económica hoy decidimos tomar esto como un trabajo.” cuenta Gustavo. “La restauración incluye desarme completo, lavado, lijado, pintado. Después cuando ya está seca la pintura la armo con bolilleros y cubetas nuevas. Si el cliente me pide que le agregué algo más a la bici también lo hago, ya sea canasto, porta equipaje, ojo de gato, etiquetas” cuenta detalladamente.
Maria Sol comenta además que utilizan Facebook como su herramienta para comunicar su servicio y que han tenido una muy buena respuesta por parte de la comunidad.
Buscarle la vuelta para llegar a fin de mes, ser empleado, emprender, hacer changas todo es parte de lo mismo, ganarse el pan de cada día. Esta familia encontró en su emprendimiento una forma de salir adelante y mostrarle con el ejemplo a sus pequeños que el trabajo dignifica. ¿El valor agregado? El amor y la dedicación con la que llevan adelante cada nuevo arreglo.
