(PR-Giuliana Ghignone) María Alejandra Molina es investigadora adjunta de Conicet en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas en química en la Universidad Nacional de Río Cuarto, con una larga trayectoria y prestigio recibió una nueva distinción, esta vez de manos del gobierno de la Provincia de Córdoba.
En el mes de febrero la Provincia buscó reconocer a mujeres investigadoras que se hayan destacado por sus aportes y logros en el campo de la ciencia y la tecnología. El propósito es despertar vocaciones científicas en futuras generaciones.
En su caso María comenta que “desde chica tuve una predilección por las ciencias exactas, me gustaba mucho la física, química, matemática por eso estudié la licenciatura en química. No había una sola materia que no me gustara.” Comenta Alejandra al mismo tiempo que recuerda que “lo que si pensaba cuando era chica era que me gustaría aparecer en un libro de ciencia. “
A los 18 años empezó a estudiar la carrera en la Universidad de Río Cuarto “la cual está bastante orientada a la investigación y tuve la suerte de conocer César Barbero que es un científico brillante y me inculcó mucho el amor por la investigación científica.”
“La motivación yo siempre la tuve muy clara, quería poder hacer cosas que ayuden a resolver problemas sociales.” Cuenta con convicción.
Desde hace más de una década María se desempeña profesionalmente dentro del CONICET, tuvo oportunidad de hacer ciencia en otros países y a partir de sus vivencias es que ella reconoce que “hacer ciencia en Argentina es difícil, yo tuve la suerte de hacer ciencia en Alemania que es un país que invierte muchísimo y la diferencia es enorme. Nosotros en ciencia tenemos muchos problemas económicos entonces es complicado poder avanzar. Cada cosa que tenemos que hacer la tenemos que pensar mil veces de forma de hacerlo de la forma más barata posible porque nuestros subsidios no alcanzan a solventar los gastos de investigación. Incluso muchas investigaciones terminan siendo un poco subvencionadas por nuestros salarios también.” Comenta a Pueblo Regional. “Sin embargo, hace que seamos muy creativos ya que tenemos que resolver los mismos problemas con poco dinero, entonces ese es un plus que suelen buscar en científicos argentinos.” Reconoce esta venadense.
En cuanto a lo que significa ser mujer y trabajar de esto María explica que la presencia de la mujer está más que aceptada dentro de su área aunque reconoce que no sucede lo mismo en las ingenierías, en agronomía y algunas otras. Sin embargo, plantea que nunca, o casi nunca, se suele tener en cuenta que aún hoy la mujer tiene muchas más responsabilidades dentro de la vida familiar que el hombre. “Las oportunidades son más o menos las mismas porque se nos evalúa sin tener en cuenta los tiempos invertidos por ejemplo en la maternidad. Todos sabemos que las mujeres tenemos una carga en la vida familiar mucho mayor que la de los hombres, un montón de tareas que no están visibilizadas. Entonces por eso las oportunidades no son las mismas. Se nos evalúa de igual manera cuando en realidad el tiempo que tenemos para el trabajo es mucho menor que los hombres. En mi caso, tuve la suerte de trabajar en grupos muy respetuosos y muy equitativos en cuanto a género, pero es una suerte que tuve yo en particular. Hay un montón de casos que no la han tenido.”
En marzo de 2019 había recibido en Paris, Francia junto a 15 investigadoras de todo el mundo un homenaje a su talento y perseverancia, un premio considerado la antesala del premio Nobel de ciencia, medicina, tecnología y cultura, con sede en Suecia.
La venadense seleccionada, en aquella oportunidad, entre 15 jóvenes investigadoras de todo el mundo, tuvo el reconocimiento junto a otra científica Argentina.
Había sido distinguida como joven promesa por su proyecto de nanogeles que liberan selectivamente antibióticos bajo un estímulo térmico.
