La producción local del aceite de cannabis medicinal parece ser un objetivo cada vez más cercano para decenas de familias santafesinas que aplaudieron la ley nacional y provincial como herramienta necesaria para darle una mejor calidad de vida a seres queridos con patologías específicas, algunas de ellas terminales.
Sin embargo, el camino no es tan sencillo y consta de numerosos pasos que el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) debe cumplir minuciosamente, por lo cual sus propias autoridades admiten que el proyecto “aún está en pañales”.
Carlos Arques, integrante del directorio del LIF explicó al programa El Cuarto Poder que la primera etapa se desarrollará con la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario. La misma consiste en “obtener aceite con un equipamiento especial que tenemos que adquirir”, y sobre el cual se debe resolver la financiación, según indicó el profesional.
Una segunda etapa será abordar la producción y el diseño industrial del aceite con el apoyo de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL.
“Estamos a la espera de la autorización de la ANMAT para importar la marihuana de Uruguay”, precisó.
Arques remarcó que el proyecto del LIF es “obtener un producto de calidad medicinal con todas las garantías de seguridad”.
“Está todo muy en pañales”, admitió el director del laboratorio, y en ese sentido, apuntó a “respetar los pasos que se consideran necesarios para tener un medicamento seguro y con efectos terapéuticos científicamente comprobados”.
“Manejamos un montón de recetas caseras pero eso no se puede generalizar. Hay que hacer estudios científicos y estudios con personas, eso es muy delicado y muy cuidadoso, por lo cual se necesitan comités de bioética”, manifestó.
