La indiscutible crisis económica que se extiende por toda la Argentina y que alteró profundamente los ritmos de vida y consumo en el último año y medio, fueron generando cuestionamientos y límites a la paciencia en muchos de los que habían confiado en el frente Cambiemos e, incluso, hicieron campaña para Mauricio Macri. Una de esas dirigentes que hoy se corre de la posición de apoyo y acompañamiento es la concejala de Nuevo Horizonte, Liliana Rostom. “Estoy arrepentida de haber votado a Macri. No estaba conforme con el kirchnerismo, rechazo los hechos de corrupción. Yo intentaba que no esté más el kirchnerismo, y esa persona era Macri. Pero no se está escuchando a la gente, tiene frialdad, me gustaría que actúe distinto”, asegura.
Los casos de corrupción no dejaron de ser un dato de la política, sino que se incrementaron y variaron sus alcances, llegando a tener impacto internacional como los Panamá Papers, el escándalo del Correo o las manipulaciones de la justicia Jujeña, con arbitrariedades y violaciones de derechos humanas denunciadas por organismos internacionales.
“Uno aspira a que el nuevo no haga lo que hacía el anterior. Yo nunca tuve tantos pedidos de trabajo como ahora. Estoy por armar un programa para ver cómo hacer con esa cantidad de gente. Al presidente le cuesta llegar a la gente, para contener, para la tolerancia. La situación es tal y la despolítica que tienen hace que no se los espere tanto”, dice Rostom.
De cara al año electoral, Rostom, que viene de la frustrada alianza con el Pro, piensa la mejor estrategia para encarar una campaña que se caracterizará por la gran cantidad de recursos volcados. “Nuestra campaña va a ser austera. No queremos pintar tapiales. Todavía quedaron sin tapar los que le correspondían al PRO, a un año y medio estoy renegando con eso porque no lo hicieron. Pero no se puede competir en recursos con Chiarella, que tienen un terrible manejo financiero, ni tampoco con el oficialismo o el PRO”, resume.
