Tal como estaba anunciado el pasado 1 de septiembre retomó su actividad la empresa familiar Botiquines Marinelli, que había cerrado las puertas a mediados de agosto.
Según comentaron algunos trabajadores en el momento del cierre, desde hace tres meses se les adeudaba el sueldo más las comisiones. “Es algo que jamás había ocurrido, lo cual daba a entender la situación en la que está la empresa”, afirmaron.
Desde la empresa sólo informaron que la reapertura se produjo con la reincorporación de los 30 empleados y que los sueldos están al día.
Distintas hipótesis se barajaron sobre las razones del momentáneo cierre, la mayoría relacionadas con problemas económicos por la apertura de las importaciones a productos de origen asiático.
Sin embargo, algunos de los empleados manejaban otra información que vinculaba la crisis con problemas familiares.
“Esto es una situación de arrastre que tiene que ver más con problemas familiares que económicos”, afirmó uno de los trabajadores durante el cierre, para luego agregar: “Nosotros sabíamos que la cosa no andaba bien, pero nunca nos esperábamos esta situación”.
Durante los quince días sin actividad los empleados fueron recibidos por el intendente José Freyre que inició distintas gestiones para mediar con la patronal.
La fábrica tiene alrededor de 50 años y trabajan unas 30 personas en forma directa, a los que se agregan los empleos indirectos que se vinculan con la empresa.
“Con muchas medidas económicas que se tomaron se agravó la situación. El problema empezó cuando se iniciaron las importaciones, hace más de seis años. Es imposible competirle a productos que vienen de China. Le vendemos a los comercios casi al doble de lo que cuesta el producto chino, cuando acá un sueldo está en 12 mil o 14 mil pesos, y en China son infinitamente menores, a eso hay que sumarle los costos de la madera, la pintura y que tienen tecnología superior”, detalló Jorge Marinelli (hijo del propietario y empleado de la firma).
