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jueves 28 marzo 2024
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Puro Ascenso: acercando nuestro fútbol a todas partes

Los partidos del ascenso de la liga venadense son un lugar de encuentro que domingo a domingo talla una tradición regional. Canchas rodeadas de polvareda, partidos trabados, olor a carne asada: el paisaje es una postal de la vida de los pueblos y ciudades del interior, un espacio dónde el fútbol se desprende de los guiños y lugares comunes del gran espectáculo y se encuentra con su manifestación más inmediata.

Algo de eso intentan recoger y compartir los integrantes de Puro Ascenso, un programa radial que sigue las circunstancias del ascenso y trasmite los partidos para que puedan seguirlos desde cualquier lugar del mundo. Porque no solo se limitan a la transmisión radial, también lo hacen vía Facebook, en vivo, con una producción íntegramente autogestiva.

Desde hace tres años, Jerónimo Rena, Luis Kristovic y su hijo, Esteban, llevan adelante la tarea de dotar al fútbol local de un equipo que se dedique a mostrar los partidos y brindar información sobre los planteles, los jugadores y las estadísticas. “Somos una familia que todos los domingos nos juntamos a ver fútbol, uno en cada cancha”, dicen sobre su tarea. Además, el equipo está integrado por Mauro Yakas que hace estudio durante los fines de semana, y unos 40 colaboradores distribuidos en toda la zona.

Puro Ascenso tiene más de tres mil seguidores en redes sociales y alcanzaron un record de 300 personas viendo el partido por Facebook. Esteban, de 14 años, es el ideólogo de las transmisiones en vivo. “Estábamos viendo cómo hacer para transmitir. Compramos una cámara y nos salió el tiro por la culata. Después me puse a investigar y así empezamos a probar. En todas las canchas no hay Wifi. El primer partido fue en febrero en Murphy, un partido por el federal entre Unión y Cultura y Pueyrredón”, detalla.

El procedimiento es artesanal y combina el ingenio con la habilidad técnica. Conectan la consola con un manos libres, y de ahí sacan un retorno hacia una zapatilla de audio. De esa forma se regula el volumen. Con una cámara filman el partido y cuentan con micrófonos para los relatos y comentarios. Dicen que arrancaron con dos cajas de micrófono que “parecían de juguete” y el trípode estaba armado con las patas de un árbol de navidad. De un palo selfie sacaron el adaptador del celular. “Nosotros lo hacemos porque nos gusta. También es una salida laboral, por como está el país lo necesitamos”, apunta el más joven de los integrantes.

Ninguno de ellos vive de las transmisiones de fútbol. Tiene que buscar el mango por otro lado. Aunque eso no hace que se lo tomen como un pasatiempo: dedican tiempo e intentan llegar a un máximo nivel de profesionalismo. El resultado es un beneficio común: la posibilidad de seguir los partidos de la liga local desde cualquier lugar y contar con información sobre el fútbol de la zona.  

Jerónimo es remisero. Luis está desocupado hace dos años. “Arrancamos como una locura de Luis”, apunta Jerónimo. “Yo trabajaba de operador en una empresa de remises. Yo no soy periodista, me preguntaron si me animaba a hacer un comentario, y así arranqué. Lo hago desde los 16 años. Y hemos logrado poder pelearla con el tema publicitario”, indica.

A fuerza de voluntad conformaron una red de colaboradores que cubre todo el territorio y pudieron estar presente, incluso, en el partido que Rivadavia jugó contra River en Formosa. En esa ocasión, viajaron en autos prestados. “Obviamente nos gustaría vivir de esto, pero es imposible en Venado Tuerto. Lo primero que cortan las empresas son las publicidades. Se me ha caído la cara de vergüenza pidiendo plata para el gasoil a los clubes”, asienta Jerónimo.

Hace dos años que están en la radio pública de Venado. El trabajo implica un esfuerzo cotidiano para proveerse de material y además conseguir los recursos que les permitan llevar adelante las coberturas. El partido para transmitir lo eligen en función de la relevancia, sin importar la distancia a recorrer. “Hemos canjeado publicidad por el asado el domingo en la cancha”, afirman. La publicidad mensual es de 500 pesos y aún así no siempre encuentran personas o instituciones dispuestas a sumarse. “Siempre le digo a los más jóvenes que el día que no sientan mariposas en la panza antes de la transmisión, que se queden en la casa. Si uno no lo hace con pasión, es fulero”, sintetiza Luis.

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