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Procrear en Venado Tuerto: de un programa solidario, a una trampa financiera

procrearUna de las grandes apuestas del kirchnerismo en sus últimos años de gobierno, fue la implementación del plan de viviendas Procrear. El sistema, manejado a través de Anses, consistía, básicamente, en el otorgamiento de créditos hipotecarios para la edificación de viviendas, apostando a solucionar la problemática ocupacional y reactivar el mercado de la construcción. Como hacía mucho tiempo no pasaba en Argentina, se comenzaron a ver los carteles del Procrear en innumerable cantidad de obras y parecía mentira que en medio de la crisis letal que anunciaban los medios, hubiese gente que se animaba a entrar en créditos hipotecarios para cumplir el sueño de la casa propia.

Sin embargo, todo cambió con la llegada del nuevo gobierno.

Con su impronta derechista, la administración de Mauricio Macri dio un golpe de timón en la propuesta del Procrear, y sólo le mantuvo el nombre.

El primer y rotundo cambio fue que, en lugar de apostar a reactivar el mercado de la construcción, el macrismo apuntó sus cañones al mercado inmobiliario. Ahora los créditos ya no son para construir, sino para comprar una vivienda ya terminada.

Por otra parte, si bien durante el lanzamiento del nuevo Procrear el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, indicó que «nosotros vamos a apuntar a que este aporte vaya a quienes más lo necesitan: sectores de menores recursos, madres solteras y familias muy numerosas», en la realidad el nuevo plan plantea que “está dirigido a familias con ingresos formales de entre dos y cuatro salarios mínimos (entre 15.120 y 30.240 pesos) para una vivienda única familiar, nueva o usada, de hasta 1,5 millón de peso”.

Experiencia local

En Venado Tuerto la fallida experiencia del nuevo Procrear es fácil de detectar con solo recorrer los barrios, donde mermó drásticamente la cantidad de obras con sus carteles celestes y blancos promocionando el programa nacional.

La situación es más preocupante cuando se toma conocimiento de lo excluyente que es el sistema para un trabajador de clase media y su grupo familiar.

Un reconocido periodista local que se inscribió en el programa recibió a mediados de diciembre pasado la buena nueva que había sido seleccionado para acceder al crédito. Vale recordar que a diferencia del sistema anterior, ahora no es por sorteo que se accede al plan, sino que es un mecanismo de méritos (ingresos, cantidad de integrantes del grupo familiar, tiempo que lleva alquilando, ahorros, entre otros datos) que van sumando puntos para llegar a la selección final.

“Previo a Navidad me notificaron que habíamos sido seleccionados. A través de un mail nos decían ‘Felicidades familia, ustedes han sido seleccionados para Procrear Solución Casa Propia’, porque el plan apunta a la compra de una vivienda nueva o usada con un valor de hasta 1 millón o 1,5 millón de pesos”, narró el trabajador de la prensa que prefirió mantener el anonimato.

El plan prevé que el Estado nacional subsidia una parte, otra parte la otorga el banco a través de un crédito y el resto lo debe aportar el beneficiario a través de sus ahorros. Por ejemplo, por un crédito de 1,2 millón de pesos, la Nación aporta 300 mil pesos, la entidad bancaria elegida pone 700 mil y el destinatario pone de sus ahorros los 200 mil restantes.

La letra chica

Luego de la alegría inicial por haber sido seleccionado para acceder al crédito, comienza la peregrinación por las distintas entidades bancarias inscriptas en el nuevo Procrear para ver cuál ofrece mejores condiciones. Curiosamente en el listado están incluidos la mayoría de los bancos privados, mientras que de la banca estatal uno de los pocos que figura es el Banco de la Nación, y por ejemplo, no está el Nuevo Banco de la Provincia de Santa Fe.

Y entonces surge el problema de la letra chica de todos los contratos. En una de las entidades consultadas por el afamado hombre de prensa una de las exigencias para acceder al crédito era pasar su cuenta sueldo a esa entidad, con todo el engorroso trámite que esto implica. Igualmente, el periodista siguió su peregrinar por otros bancos para comparar opciones, puesto que ahora no hay una regla común que deban seguir todas las entidades, sino que cada una ofrece su plan particular.

“Fui a consultar a otro banco frente a la plaza donde me explicaron bien los alcances del crédito. En principio yo creía que se trataba de un crédito con tasa fija, con un interés del 5 por ciento anual que parecía conveniente, porque te daban un crédito de 700 mil pesos a devolver en 10, 15 o 20 años. Esto representaba una cuota mensual de entre 4 mil y 5 mil pesos, que es lo que se paga de alquiler normalmente, entonces era totalmente conveniente”, describió el entrevistado.

Pero no todo es tan sencillo en el país de la “revolución de la alegría”, porque al hombre de “la pluma y el micrófono” le explicaron que “la parte que presta el banco, por ejemplo 700 mil pesos, al momento de ser otorgado el crédito dejan de ser 700 mil pesos para convertirse en una Unidad de Valor de Inflación (UVI). Esto quiere decir que los 700 mil pesos se dividen por el costo del dólar en el momento de tomar el crédito, lo que da la Unidad de Valor. Esta Unidad va variando en la medida que se modifica el precio del dólar. Esto quiere decir que el banco te presta pesos, pero vos tenés que devolver a valor dólar”.

A modo de ejemplo, el periodista detalló: “Los primeros créditos salieron en abril de 2016, con un valor del dólar de 14,35 pesos, entonces si uno dividía los 700 mil pesos por los 14,35, daban alrededor de 50 mil Unidades de Valor. En la actualidad, con el dólar a cerca de 16 pesos, cambia la Unidad de Valor, entonces de los 700 mil pesos originales, el beneficiario ya le debe al banco cerca de 800 mil pesos”.

Una situación similar a la que se presenta con el nuevo Procrear se dio con la “circular 1050” (emitida por el Banco Central el 1 de abril de 1980), cuando la gente tenía que devolver las casas porque la deuda era tan alta que superaba el valor de la propia vivienda. “Este es un crédito que, aunque vos pagues, sigue creciendo porque está atado al dólar. Según me decían en el banco esto en Chile funcionó, porque tiene un dólar estable. Si uno confía que en los próximos 15 años va a haber estabilidad, no tendremos inflación y el dólar no se va a mover, es conveniente, porque tiene una tasa anual del 5 por ciento. Pero vivimos en Argentina, y todos sabemos que esta situación no va a ser regular, va a ir variando, ya se habla de un dólar a 20 pesos en febrero o marzo, y esa variación va a repercutir directamente en el valor del crédito”, concluyó el hombre de prensa.

 

 

 

 

 

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