La sala asistencial del Centro Integrador Comunitario –CIC- del barrio Iturbide es uno de los once centros de atención distribuidos en distintos barrios de la ciudad y que permiten una cobertura en zonas de las necesidades territoriales. En este caso, comprende la población de los barrios Alejandro Gutiérrez, Santa Fe y San Martín, además del Iturbide. Se trata de un modelo de gestión diseñado para que la gente no tenga que realizar recorridos largos y se acerque el servicio de salud al espacio donde se desarrolla la vida cotidiana.
Oscar Villalba es enfermero y Juan Pablo Mendieta odontólogo. Ambos trabajan en el CIC. Son parte de los trabajadores que se sintieron ofendidos con las declaraciones del candidato a concejal Juan Ignacio Pellegrini, que aseguró que esos espacios eran “carcasas vacías”. Esa afirmación generó una fuerte reacción de distintos sectores de la ciudad, algo que impulsó al dirigente radical a desdecirse e intentar aclarar sus dichos en una maniobra que pareció tardía.
Detrás de ese discurso se asoman las intenciones por “reestructurar” el sistema de salud público de la ciudad, siguiendo un criterio de achicamiento, tal como lo definen los lineamientos políticos que se vienen realizando desde el gobierno nacional, espacio al que Pellegrini adhiere, aún sin pertenecer orgánicamente. Como ejemplificación, el delfín enriquista dijo que es mejor tener un solo centro que funcione bien antes que once que funcionen mal.
“Se está faltando a la verdad porque no es así, de hecho, puede acercarse cualquiera a ver los horarios de los médicos. Nosotros hacemos atención primaria”, dice Oscar. Juan Pablo trabaja en el CIC desde su inauguración. “Me sorprendió que alguien declare eso sin tener conocimiento del laburo que hacemos. Siempre ponemos énfasis en la prevención y la educación del paciente, para que se hagan responsable del progreso de su salud, por eso hacemos campañas”, comenta.
Cuando llega una urgencia los pacientes son trasladados, pero no se rechaza la atención. En el CIC no hay guardias, como si sucede en la sala de la calle Brown, por lo tanto, se derivan hacia ese destino o hacia el hospital, según las necesidades del paciente. Uno de los ejemplos que dio Pellegrini fue la falta de pediatras. “Las estadísticas no la armamos nosotros, se saca de un programa Cicac que es de la Provincia, que puede entrar cualquiera y mirar los horarios. No es algo que inventamos nosotros. Tenemos un promedio de vacunación de alrededor de 600 niños por mes. Atendemos por mes alrededor de dos mil consultas”, desliza Villalba.
En todos los centros comunitarios hay reuniones semanales para planificar los enfoques interdisciplinares. Se trata de abordar la situación con una mirada integral, que incluya la dimensión social para brindar herramientas que cambien la situación del paciente. Además, cada espacio ofrece tanques para cargar agua potable.
Sobre la posibilidad de que el sistema de salud de la ciudad funcione con menos centros, los trabajadores plantean que “sería muy difícil”. “Hoy se complica cubrir la demanda de los barrios, no sé qué podría pasar. Pero hay cosas que no se deben hacer y el gobierno nacional hace. Por eso, cuando hacen una chicana política, tienen que pensar que nosotros somos personas y tenemos familia, les pedimos que hablen con fundamento”, resume Villalba.
