La crisis hídrica de la región atraviesa momentos de alta intensidad en las declaraciones. En las últimas horas, una fuerte iniciativa oficial, encabezada por el gobernador Miguel Lifschitz, descargó acusaciones sobre el polémico presidente comunal de Melincué, Gabriel Rébora. Sin embargo, las idas y vueltas en las denuncias no confluye en soluciones concretas y, más bien, se basa en modos de sortear responsabilidades y postergar la resolución de la problemática.
En cuanto a la evaluación del estado en que está la comuna, el coordinador del Nodo Venado Tuerto, Diego Milardovich, comenta que Melincué sufre la situación “más delicada producto de su característica geográfica, es un lugar deprimido del territorio, junto a una laguna que tiene fluctuaciones muy grandes de su cota. El casco urbano está en una buena situación después de la lluvia más torrencial. Hoy la localidad está bien, pero con un peligro latente que es la laguna”.
Sobre la intervención de la Provincia, Milardovich aclara que la intención es “trabajar sobre la emergencia”, buscando llevar a cabo acciones que permitan fortalecer las defensas para contrarrestar los efectos de la laguna sobre la localidad. Para eso, se colocaron bolsones de arena y piedras, de manera que esos materiales puedan servir, más tarde, para la confección de un nuevo alteo de la ruta.
“Creo que lo que podríamos tener más rápido en marcha es una remodelación de las estaciones de bombeo. Vamos a tener que fortalecer con otras acciones para que puedan regular de una mejor manera la situación”, detalla.
En el 2016 desde la comuna se presentaron diez reclamos a la Provincia. Esta situación se repite en otras comunas de la región también afectadas por las inundaciones. El sistema de gestión de recursos y la capacidad de respuesta del gobierno provincial sufrió por estas semanas una dura puesta en cuestionamiento.
“Yo soy muy autocrítico. Intenté incursionar en la política para mejorar algunas cuestiones y creo que la política no acompaña los tiempos de la gente. Padece dos males terroríficos: uno es esta cuestión de la burocracia, y la otra es la impunidad. Puntualmente en este caso, lo de Melincué es una propuesta que en su momento tenía que ver con el desarrollo de un sector turístico más sustentable. Planteaba una posibilidad de regulación de la laguna que nunca fue estudiada debidamente”, comenta el funcionario.
Finalmente, sobre la ubicación de Rébora en el centro de las responsabilidades, a pesar del carácter regional de la crisis hídrica, Milardovich comenta: “el gobernador hace alusión a la situación concreta de Melincué. Gabriel no mostró estar a la altura de lo que la situación requería. Se transformó en alguien que no contribuía. Un hombre que manejaba fondos grandes y nunca hizo ninguna obra importante”.
