La Municipalidad de Venado Tuerto desarrolla un trabajo en un área clave para el crecimiento de los más chicos. A través de sus redes de centros de salud distribuidos en los barrios de la ciudad, se lleva a cabo un trabajo interdisciplinario para cubrir las necesidades de la población. Entre esas áreas, una es la de nutrición, compuesta por cinco profesionales.
La atención en cada uno de esos centros va desde uno o dos días de atención desde la parte nutricional. En definitiva, todos los días hay atención en algún punto de Venado Tuerto. Cada centro de salud tiene su equipo de trabajo y las actividades se desenvuelven de forma coordinada. Los pacientes llegan derivados por los médicos y pediatras por una patología o para ordenar su alimentación. Hay intervenciones extraordinarias cuando se presentan casos que lo requieran.
A su vez, Silvina Ferreyra, una de las nutricionistas que integran los equipos, apunta que la Dirección de Deportes también tiene una nutricionista a cargo del programa de obesidad y sobrepeso, donde trabajan desde las áreas de psicología, actividad física y nutrición, en cinco grupos en distintos barrios.
Las consultas nutricionales se deben a mala utilización de alimentos que llevan a un estado de malnutrición por exceso o déficit. Ferreyra afirma que “es frecuente encontrar caso de sobrepeso, lo que no significa que se está bien nutrido, porque la nutrición tiene que ver con cumplir con los nutrientes que se necesitan”. La preocupación pasa por el hecho de que el estado de malnutrición se deba a un motivo económico, cuando las familias no cuentan con los recursos para mejorar la alimentación de sus hijos.
Los casos de obesidad tienen relación con un mal estado producido por exceso de algún tipo de nutriente, como los hidratos de carbonos, que se encuentran en panificaciones, fideos, o comidas preparadas como hamburguesas o frituras.
“Eso hace que haya una disminución del consumo de otros tipos de alimentos como carnes, lácteos y, básicamente, frutas y verduras. Nosotros lo hacemos hablar de su alimentación y siempre detectamos que este consumo es bajísimo. Entonces llegamos a la conclusión de los déficits que pueda haber en vitaminas y minerales, y en el caso de los lácteos y carnes, tenemos déficit de hierro, calcio o aminoácidos, que son fundamentales para el crecimientos y desarrollo de los niños”, aclara.
