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La depuración de “colaboracionistas” de Freyre no alcanza a Juan Vidal

Juan Alberto Vidal inaugurando obras de la dictadura.

(Venado Tuerto)- Un mail reproducido y reenviado por un referente del FPCyS recorrió las redacciones de todos los medios venadenses (y algunos provinciales). Contenía un texto, firmado por una agrupación denominada M.a.iz. El material fotográfico adjuntado en el mail sí es valiosísimo. Además acompañaba un texto en el que se analiza con lupa sigilosa las contradicciones y miserias del partido justicialista de la provincia de Santa Fe, se señala la contradicción flagrante en la que incurrió el presidente del PJ provincial (nuestro José “Poroto” Freyre) al anunciar que depuraría el PJ tanto de colaboracionistas procesados por delitos de lesa humanidad como de meros colaboracionistas civiles de aquella página oscura. Claro, José omitió el dato de que él mismo convive en su gabinete con Juan Alberto Vidal, ex interventor de los militares en la ciudad de Villa Cañás desde 1976 hasta 1981; y luego secretario privado de quien fuera ministro de Gobierno de la última intervención militar a la provincia, Fernando Jorge López Sauqué. Tanto López Sauqué como Vidal fueron de los tantos civiles que apoyaron la dictadura formando parte de la sangrienta gestión del vicealmirante Jorge Aníbal Desimone. Fernando Jorge López Sauqué  había sido secretario de Bienestar Social durante la intervención municipal del Coronel Luciano Saúl Domínguez y Vidal, interventor en Villa Cañás. Juntos “se consagraron” al ser convocados a las grandes ligas del colaboracionismo. Podemos hacer el esfuerzo de aceptar que algunos de los civiles que acabaron siendo interventores en pueblos y en ciudades pudieron desconocer las atrocidades ocurridas en el marco del plan sistemático de desaparición de personas, asesinatos, apropiación de bebés y desmantelamiento del aparato productivo. En ello no los eximimos de la responsabilidad de aportar a esa estructura represiva y de facto el maquillaje democrático que les diera algo de legitimidad. Cargarán con esa culpa. ¿Pero acaso, figuras como Fernando Jorge López Sauqué o Juan Alberto Vidal (que fueron funcionarios durante 6 años, no solo a nivel local sino participando de la estructura política que conducía ni más ni menos que a las fuerzas policiales, como era el Ministerio de Gobierno de la provincia) pueden haber desconocido la situación de violencia sistemática y el terrorismo de estado? Difícil de creer.   

 

La paja en el ojo ajeno

Es norma de este medio jamás difundir anónimos o textos cuya autoría y operatividad política no sea clara. Este caso no está fuera de esa generalidad. Pero el valor del documento fotográfico, sumado a la denuncia pública de varios dirigentes del ámbito venadense (políticos y sociales) aportaban en darle volumen crítico suficiente a esto que se impone como discusión profunda. El texto que se envió solo apunta a poner en la picota las miserias del PJ (que vaya si las tiene) quedando a tres cuarto de camino al obviar la colaboración mayoritaria de funcionarios del PDP, del Socialismo (Popular y Democrático), de la UCR, etc. El tratamiento especialmente abocado a lo que consideran “incoherencia del PJ kirchnerista” (porque más allá de las contradicciones particulares de José Freyre, hoy encarna el grueso del proyecto nacional encabezado por Cristina Fernández la que, por cierto, tampoco está exenta de ellas) da cuenta de una intencionalidad política que no mengua la veracidad del planteo.

El rancho se construye con bosta ¿pero tanta hace falta?

Una vieja frase de Juan Perón mencionaba que para construir un rancho se precisaba barro, paja y bosta. Y vaya si se hizo mérito a lo largo de nuestra historia a tal apotegma. Pero el rancho de las demás fuerzas políticas más allá del PJ tampoco está exento de un alto componente bosteril. La propia construcción del FPCyS cuenta entre sus filas con un sinnúmero de funcionarios que colaboraron con las dictaduras en distintos tiempos: desde dirigentes de primera línea del Partido Demócrata Progresista como el actual Diputado Nacional Carlos Favario (secretario de Gobierno de la intervención militar de la ciudad de Rosario, comandada por Alberto Natale), pasando por tantos presidentes comunales e intendentes de la región como Hugo Montani, actual dirigente de la UCR de Hughes y ex interventor de esa localidad durante la época del proceso. Y ni que hablar del propio Partido Socialista (al cual pertenecen algunos de los referentes que azuzaron la difusión de este mail): el caso concreto del maestro e inspirador directo de Hermes Binner, Américo Ghioldi es paradigmático. Ghioldi, fue designado embajador de la dictadura militar en 1976, por decreto firmado por el ex-general Jorge Rafael Videla. De Américo Ghioldi se recuerda la tristemente célebre frase “se acabó la leche de la clemencia” como forma de justificar y aplaudir los fusilamientos del 9 de junio de 1956 de los que fueron víctimas Valle, Cogorno, Ibazeta, Brion, y muchos otros ¿Cuándo dirigentes del Socialismo santafesino declararán que van a hacer una autocrítica sobre su colaboración con las distintas interrupciones constitucionales y con las masacres contra los trabajadores y depurarán el FPCyS? ¿Y la UCR no debería comenzar a analizar al Yrigoyen que propició las masacres a los trabajadores rurales de la Patagonia, la semana trágica en los talleres Pedro Vasena e hijo? ¿Qué harán en el FPCyS con la Democracia Progresista, principal pata de la partidocracia colaboracionista?

MAIZ sospechoso…

MAIZ es la agrupación que suscribe el mail citado. De la mencionada cofradía, que evidencia un especial y unidireccional interés en develar las complejidades y contradicciones que experimenta el devenir del justicialismo donde, es cierto, abundan traiciones, ambigüedades y contradicciones; poco puede rastrearse en la inconmensurable universalidad de la web. Dicha agrupación solo se encuentra referenciada como una expresión más de la izquierda chilena, lo cual genera algunas dudas sobre la veracidad del origen del (hay que reconocerlo) brillante trabajo de investigación. Resulta difícil de aceptar que esa vanguardia de la izquierda trasandina pueda asignarle tamaña importancia a la realidad del PJ santafesino en general, a la venadense en particular, y a la coherencia o no de Poroto Freyre. Esto no quita veracidad a la denuncia, ni profundidad al dilema en el que se encuentra el actual intendente y presidente del PJ santafesino: el final de la (hasta ahora) exitosa estrategia de decirles a todos que sí y barrenar en la “eterna conciliación” (para algunos, la más eficiente ambigüedad).

¿Cuál es la relación entre Freyre y Vidal? ¿Son lo mismo? ¿Es acaso José Freyre “rehén” del supuesto poder omnímodo que posee Juan Vidal por su vínculo con Roberto Scott, como algunos sostienen? ¿Fue solo un exabrupto aquella definición política sobre “la depuración hacia un PJ realmente comprometido con la democracia y los DDHH” que lo dejó en evidencia;  o acaso fue la forma de agudizar contradicciones internas y generar así, una irremediable resolución?

 

 

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