La muerte de los compañeros Juan Carlos Mazzón, José Ángel y Jorge Obeid nos invita a reflexionar sobre el rol que cada uno de nosotros juega como parte de la construcción de este enorme proyecto colectivo llamado peronismo. Sobre el trazo del axioma que marca aquello de primero está la patria, luego el movimiento y finalmente los hombres; estos tres compañeros desarrollaron sus vidas de militancia teniendo a la construcción de coincidencias y consensos como principal objetivo; base indispensable para el desarrollo de cualquier proyecto que se sueñe transformador. Juntar lo distinto era la tarea. Ensanchar la base crítica para tener mayor plataforma que sostenga lo que se construya. Y ellos lo hicieron.
Juan Carlos Mazzón trabajó para el peronismo en silencio. Arquitecto de reuniones tanto en la Casa Rosada, como en cualquier bar perdido de la Ciudad de Buenos Aires; café de por medio buscaba caminos que condujeran a acuerdos entre los sectores más disímiles de nuestro movimiento. E incluso de otras fuerzas políticas. Sabiendo que convencer con nuestras razones al que no opina como nosotros, es la base de la labor militante. Néstor Kirchner se apoyó en él para ensanchar los horizontes de nuestra construcción política. Peronistas díscolos, ex compañeros desencantados, radicales o socialistas que más allá de las diferencias creyeran en la necesidad de construir una patria con lugar para todos. Todos eran interlocutores de “El Chueco” Mazzón. Y mediante él, del proyecto nacional. Mazzón fue quién se encargó de llevar adelante, por ejemplo, la difícil tarea de negociar con aquellos peronistas que se alejaron del gobierno nacional durante la disputa por las retenciones móviles. Él fue quien intentó achicar distancias, construir acuerdos, fortalecer las coincidencias por pedido expreso de Néstor Kirchner. Porque dialogar y coincidir con los que piensan como nosotros siempre resulta más sencillo, pero también menos fructífero a la luz de la construcción política.
“El Negro” José Ángel se nos fue el 21 de julio pasado. Referente y militante del pejota santafesino, con raíces y vida dejada en el trabajo solidario y comprometido en el distrito Capital, pero con su ejemplo proyectado a toda la provincia. Desde su temprana militancia como dirigente de la Jotapé y su trabajo constante de construcción abierta y aperturista; solo caben palabras de admiración y agradecimiento por su entrega al proyecto nacional justicialista. Se nos fue a los pocos días de las PASO nacionales, habiendo visto cómo todo aquello que sembramos los dirigentes del partido había florecido para una más justa valoración pública de la enorme transformación que el Frente para la Victoria ha hecho en el país, y en particular en Santa Fe. Vio la evolución de los resultados de nuestra fuerza política, de las PASO provinciales a las elecciones Generales provinciales. Y esa tendencia confirmada en las Primarias nacionales. Aportó mucho en silencio cuando debió hacerlo, poniendo el pecho en primera fila de las boletas cuando se le requirió. El dolor de la noticia empañó la alegría. Hoy quiero dejar plasmado el reconocimiento ¡Gracias querido “Negro”! ¡Te vamos a extrañar compañero!
Jorge Obeid es otro de esos imprescindibles que ya no están entre nosotros. Toda su vida la transitó construyendo un peronismo cada vez más amplio y sólido. Desde su juventud hasta su muerte. Desde su rol de militante juvenil hasta su labor como Gobernador o Diputado Nacional. Haciendo simplemente lo que resultaba mejor para el colectivo. Y esa conducta lo llevó incluso a transitar aquella campaña electoral de 2013 llevando sobre sus hombros no solo la responsabilidad de encabezar aquella nómina de diputados nacionales, sino la terrible enfermedad que acabó llevándose su vida. Jorge Obeid murió el 28 de enero de 2014, tres meses y un día después de las elecciones generales del 27 de octubre de 2013. Transitó los últimos tramos de su enfermedad lejos de una cama o un sanatorio, sitios adecuados para librar la batalla por la vida de los hombres. Vivió y murió bancándose los vaivenes insalubres de una campaña extenuante y difícil. Y lo hizo porque eso era lo que necesitada el Partido Justicialista de Santa Fe.
¿Dónde nos paramos los que quedamos aquí frente a estas ausencias? Más allá de las críticas que injustamente algunos compañeros, en su momento, hicieron por determinadas conductas de estos tres imprescindibles ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a resignar la comodidad de interactuar con los que sólo piensan como nosotros, o de hacer lo que nos conviene; en pos de la construcción colectiva? Mientras más seamos los que aceptemos el desafía de llenar esas inmensidades, mayor será la garantía del triunfo de los próximos años que auguran al peronismo santafesino el desafío de cambiar la historia de la provincia.
Por José Luis Freyre (Presidente Partido Justicialista Santa Fe)
