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Historias que emocionan: Javier Zabica, el piloto chovetense que pese a estar en silla de ruedas no bajó los brazos y sigue disfrutando de la pasión familiar

(PR)Javier Zabica es un piloto de Chovet, protagonista de una conmovedora historia de superación personal. El 21 de diciembre Javier cumplio 44 años, y lo ocurrido un dia antes en el autódromo de San Nicolás, en la fecha de las Categorías Agrupadas Federadas Federadas fue el mejor regalo que Zabica podía recibir.

Como toda su familia, Javier está vinculada al automovilismo, desde toda su vida. A los 15 años se subió a su primer vehículo de competición y a los 18 ya corría oficialmente. “Arranqué manejando el auto de mi viejo, y cuando cumplí 18, mi madrina me regaló el Gordini con el que empecé a competir”, recuerda Zabica.

Pero el 31 de marzo del 2018, cuando aprovechando un fin de semana largo de pascuas se fue de vacaciones a Córdoba a andar en moto, chocó de frente con un automóvil dando con su cabeza contra el parabrisas, estallándole la tercera vertebra dorsal, lo que le produjo un aplastamiento en la médula espinal que lo que dejó sin movilidad del pecho para abajo.

“Aunque dicen que no perdí el conocimiento, no tengo registro del momento del accidente. Es un lapso que se me borró. A los cinco días empecé a entender. Estaba internado y con una lesión grave”, rememora, agregando: “Fue difícil insertarme nuevamente en la vida social. Me llevó tiempo hasta que empecé a juntarme de nuevo con amigos y conocidos. Cuando pasé el período de adaptación, volví a trabajar, a hacerme cargo de la empresa de aberturas de aluminio que había quedado en manos de un hermano”

Ya entrado el año 2019, su familia (papá y hermano) empezaron a trabajar para que Javier pueda volver a su pasión construyendo un auto adaptado, con el cuál Javier volvió a las pistas el año pasado. “Todo era a prueba y error, tardamos ocho meses en completarlo. Fue como volver a nacer”, asegura el piloto.

Respecto a las adaptaciones hechas al automóvil y como se las arregla para manejarlo, Zabica explicó: “Tengo un volante con tres aros. El del medio es el volante propiamente dicho, tiene un segundo aro detrás que funciona como acelerador y un tercero que activa el freno. Para el embrague pusimos un switch en la palanca de cambio que activa un pistón neumático, el que a su vez acciona lo que sería la bomba de embrague, que es hidráulica. Para conectar el pistón tuvimos que poner un compresor pequeño. Con todo esto empezamos a hacer funcionar el Fiat 128”.

El 20 de diciembre pasado, en el autódromo de San Nicolás y un día antes de su cumpleaños Zabica logró subirse al podio nuevamente, logrando un tercer puesto que emocionó a propios y extraños, y recibiendo el trofeo nada más ni nada menos que de un referente del automovilismo nacional como es el “Flaco” Juan María Traverso.

“Al final de la carrera nos abrazamos con mi hermano. Y como le dije a él, esto me hace sentir útil de nuevo, es como que puedo volver a ser yo, porque aunque nunca dejé de serlo, tampoco pensé que podía volver a hacer casi todo lo que hacía antes, y al mismo nivel”

Una gran emoción y un merecidísimo podio para un luchador de la vida como es Javier Zabica. Una historia que nos demuestra que, no importa cuan grandes sean las adversidades, con esfuerzo, voluntad y no bajando los brazos se pueden superar.

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