Gonzalo Terán es fotógrafo en Venado Tuerto, pero su camino no circula por los espacios habituales de la práctica en la ciudad. No es solo estilística o temática la diferencia. En su cuenta de Facebook expone buena parte de su trabajo: decenas de fotos de chicas posando, en ropa interior, desnudos artísticos, imágenes que tranquilamente podrían estar en la tapa de una revista porteña o internacional. Una estética que intenta recorrer las posibilidades de lo sensual y lo erótico con vecinas de la ciudad y la zona. No hay grandes modelos, rostros famosos, marcas registradas que ayuden a la difusión. Son los cuerpos locales: lleva fotografiadas alrededor de 70 chicas. Ya recibió ofertas laborales de Buenos Aires y Rosario.
“Siempre trate de buscar cosas diferentes. Al reflejar una imagen, siempre intenté buscar un rasgo propio y decidí tomar rumbo para la fotografía. Me parecía que las imágenes de las mujeres se ligaban con una crítica, entonces busqué un estilo para prepararme en esa línea. La fotografía es dibujar con la luz, entonces trabajé para controlar y dominar la luz. Eso es lo que me definió. Empecé a hacer pruebas con algunas chicas y me entró a gustar eso de realzar la belleza de una mujer”, explica.
La idea que se propuso fue hacer producciones de calidad con chicas comunes, que no son modelos. Algunas lo contactan para preparar un book y mandarlo a una agencia o por cuestiones laborales; otras simplemente porque quieren tener imágenes con buena producción en sus cuentas personales. “Hay chicas que capaz nunca fueron ni promotoras y yo tuve la facilidad para encontrar cómo hacerla lucir. Hay muchas que consultan a través de la página porque no se sienten como las chicas que aparecen en las fotos, no sienten que pueden ser fotografiadas y yo trato de explicar que puedo lograr que se luzca”, cuenta.
Respecto a la cosificación de la mujer y la relación con los cuestionamientos vinculados a las reivindicaciones de género, Gonzalo responde que “a veces uno demuestra en la práctica y en sus trabajos trata de mostrar la seriedad y eso te mantiene y ayuda a perfeccionar cada vez más. Sin respeto es muy corto el camino. Gracias a dios siempre fue bien y con mucho respeto”. Avanza sobre lo mismo al ser interrogado por los cánones de belleza y la posibilidad de reproducir estereotipos y prejuicios. “No hay límites cómo uno tiene que lucir a las personas. No siento que tenga que sacar a chicas jóvenes. Me siento confiable para poder lucir a cualquiera. Puedo fotografiar hombres, eso no me limita para nada”, resume.
Actualmente está preparando una muestra para noviembre donde se expondrán muchas de las imágenes que componen su trabajo. Sobre la condición erótica de las imágenes, algo inédito y, por eso mismo, en cierta medida, desconcertante para la ciudad, Gonzalo apunta: “cada artista ve cómo es posible sacar la fotografía y siempre tiene una picardía encontrar algo para detallarlo. Lo mío toca un tema que es difícil, porque la imaginación puede ser grande pero es delicado y hay que tomarlo con pinzas”.
