El senador Lisandro Enrico fue uno de los ganadores de las elecciones aún sin participar directamente. El buen desempeño de su delfín, Juan Ignacio Pellegrini, lo coloca como una figura de peso a nivel provincial. El futuro del enriquismo en la ciudad se establece como el primer nombre puesto de cara a la disputa por la intendencia. “Es una elección importante para lo que viene en la ciudad. Nuestro equipo apuesta a un gobierno distinto, a un cambio de época. Se ponen de relieve los modelos de ciudad que vamos a tener en el futuro”, dijo Enrico en los días previos a las elecciones.
El resultado obtenido confirma su presunción. El legislador afirmó que no es una elección de una o dos bancas, sino para incorporar un nuevo concepto de gestión pública en Venado Tuerto. En ese marco, desde su equipo apuntan a una ciudad “segura, limpia y ordenada”. En su discurso hay un notable énfasis en el abordaje asistencial, a través de oenegés, para el tratamiento de las adicciones. Al respecto, Enrico sentenció: “no alcanza con que el Estado tenga que hacerse cargo. Los municipios y las comunas van a tener que tomar medidas con el tema de las adicciones. Está bien que haya una ONG que potencie las medidas del Estado y mejorar las acciones”.
Las declaraciones de Pellegrini sobre los centros de salud despertaron una fuerte polémica y recibió respuestas de diversos sectores de la ciudad. Enrico se pliega a esas consideraciones y explica el razonamiento de fondo que sostiene no solo sus propuestas sino la concepción de la salud pública que defienden.
En relación a los profesionales que estarán a cargo del abordaje, detalla que “hay una comisión directiva y se está definiendo el curso de formación de acompañantes terapéuticos”. Y aclaro que la mirada no es de internación, sino de acompañamiento y con un enfoque ligado a lo espiritual. En esa línea vienen trabajando con las iglesias evangélicas y católicas. “Hay muchos jóvenes que lograron vencer la droga y tener hoy su trabajo, tenemos que multiplicar esos ejemplos”, dice.
Por último, recalca que el Estado provincial no brinda los recursos y tratamientos necesarios y tampoco lo hace la Municipalidad. “No compartimos el autocultivo, creemos que la marihuana es mala. Es adictiva y hace mal. El uso medicinal es otra cuestión, ahora se hace un abuso del cannabis medicinal. No estamos de acuerdo con el consumo problemático y no problemático. Todo consumo de sustancias es malo y en el fondo encierra un problema espiritual de la persona”, sintetiza.
