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Enrico: Estamos en un liberalismo penal absoluto, y hay que actuar

(Publicado en PUEBLO Regional primera edición mes de diciembre) Entrevista Pablo Almena
Nota Pablo Salinas

Policía, justicia, poder político, medios de comunicación, forman un combo explosivo que tienen en el senador Lisandro Enrico como eje central la inseguridad. De todos estos temas el senador departamental por el Frente Progresista, Cívico y Social, Lisandro Enrico habló con PUEBLO Regional.
En un picante ida y vuelta el legislador boina blanca no se guardó nada y dejó en claro su posición de que no hay más margen para enfrentar a la delincuencia, y que un rol fundamental en este tema lo tiene el poder político, en su función de contralor del resto del sistema. Y él considera debe transitar todos esos carriles.
En los últimos días una polémica surgió en torno a la actividad desarrollada por el senador, más precisamente por su excesivo celo en activar la tarea de la policía, incluso llegando a presionar a funcionarios del sistema judicial; o impartir órdenes a los jefes policiales. El vocero de estas críticas públicas fue el diputado del Frente para la Victoria, Darío Mascioli.
Al respecto Enrico respondió: “Me parece que un representante de la población, tanto sea un senador o un diputado, un intendente o un concejal, que tenga como función representar a la gente, tiene que reunirse con todas las áreas del Estado para pedir, reclamar, proponer y controlar. Creo que eso hace a una buena función, y en ese marco creo que reunirse con la policía es parte de ese trabajo”.

PUEBLO Regional- ¿Tiene reuniones periódicas con la gente de la policía, con alguna autoridad en especial?

Lisandro Enrico- Me reúno generalmente con los jefes, que son los que ordenan al resto de los policías. En una de las últimas reuniones que fui a Melincué, me estaban esperando el jefe de la Unidad Regional VIII, el subjefe y el responsable del tema penitenciario en la Alcaidía. Cuando se hacen operativos de seguridad en Venado me reúno con el jefe de Zona, con los comisarios y el jefe del Comando. A veces voy a las comisarías de los pueblos, o los jefes policiales vienen a mi oficina. Ese flujo de diálogo tiene que existir siempre.

PR- ¿Acaso no se superpone esta actividad de un legislador sobre la del coordinador Regional de Seguridad, Juan Enrique Lombardi?

LE- Esto es normal. Un ciudadano puede pedir a la policía que se cumpla determinada función, que se haga una vigilancia específica. Pero en el caso de los que tenemos responsabilidades políticas, sobre todo los legisladores e intendentes, es fundamental que cumplamos este rol de transmitir las inquietudes de la gente. Esa es la tarea que uno tiene que cumplir, porque cuenta con la investidura política para hacerlo.

PR- ¿Cuál es la reacción de la policía cuando usted les hace alguna sugerencia? Sus propuestas tienen el valor de un ciudadano común, o son una bajada de línea concreta.

LE- No, una bajada de línea no es, pero tampoco la opinión de un ciudadano más. La vinculación entre la educación, la salud, la seguridad, la obra pública, tiene que darse necesariamente. Peor sería que dijéramos no me interesa lo que hagan la policía, los maestros, los médicos.

PR- Se habló alguna vez de reuniones en una quinta del ex intendente Roberto Scott, y el actual José Freyre con responsables de Gendarmería. Cree que eso es comparable con lo que usted está haciendo en este momento y referentes del Socialismo local lo consideraban un despropósito.

LE- Son reuniones en torno al tema de la seguridad. La vez pasada viajé a Rosario para reunirme con el secretario de Seguridad, Gerardo Chaumont, pedí que viniera el jefe de Policía provincial, y vino se reunió con el intendente, con representantes de las instituciones y quedamos en contacto. Lo peor que puede hacer un intendente en estos momentos es decir que es un problema de la provincia y que se las arregle. La sociedad está pidiendo que haya un abordaje total del tema de la seguridad.

PR- Es verdad que tuvo contacto con al menos tres policías, a quienes les solicitó un listado de personas con antecedentes y que tuvieran en su poder armas de fuego.

LE- Lo que es verdad es que yo le pedí al jefe de la Unidad Regional un trabajo de prevención del delito. De qué manera él entendía que la policía podía prevenir el delito y no siempre estar detrás del hecho. Y sobre todo le pregunté de qué manera, con toda la información con que cuenta, se podía conformar un mapa de dónde podía haber armas de fuego en manos de personas que estén vinculadas a la comisión de delitos. Pedí que esa información me la brindaran para poder, como senador, hacer la denuncia. La policía hizo un informe importante de más de 20 domicilios de personas que entendían podían ser peligrosas. Ese informe se lo entregué al fiscal Leandro Martín hace más de dos meses, y el fiscal fue haciendo allanamientos en algunos de estos casos.

PR- Hasta qué punto confía en esa lista que le pasó la policía. Hay denuncias de cierta connivencia entre policía y delincuentes ¿Por qué no pensar que en la confección de ese listado también no existen intereses de la propia policía para sacar del medio a determinados personajes del delito o incriminar inocentes?

LE- Yo entiendo que dentro de la fuerza policial todos los días hay personas que se ponen el uniforme y salen a trabajar por la seguridad y lo hacen honestamente. También sé que hay policías que están en connivencia con el delito. Pero si uno quiere prevenir el uso de armas para robos, para evitar lo que genera la angustia en la sociedad hoy en día, a quién le puede pedir ese informe. Se la tenes que pedir a la policía que es el organismo del Estado que está vinculado a este tema. Uno puede confiar o no confiar, pero este pedido fue hecho por nota entregada al jefe de la Unidad Regional. El jefe me dio el informe, y yo lo presenté al fiscal. Un listado de 26 o 27 personas que según la policía pueden tener armas en su poder en su casa, porque la tenencia de armas ya es un delito.

PR- No le parece que presionar más a la policía para que demuestre resultados, es a la vez otorgarle más poder a una estructura que ya está viciada y propiciar violencia institucional.

LE- Cuando yo tomé conocimiento de que un comisario estaba vinculado a un hecho irregular hice la denuncia, después la causa pasó a Asuntos Internos y se terminó desplazando al comisario. Cuando una fiscal cometió un error grosero, alevoso, que dejó a una persona en libertad que después siguió robando, hice una denuncia contra la fiscal y pedí su destitución.

PR- Es cierto que usted pidió hacer un megaoperativo para en un solo accionar tratar de detener a todos los que figuraban en el listado que le pasó la policía.

LE- Esa lista de personas que presenté en la fiscalía era para que el fiscal hiciera los operativos cuando lo dispusiera. Me parecía razonable hacerlo en bloque, como se hizo el operativo antidrogas para que fuera en forma sorpresiva. Ese es un criterio que no puedo imponer, porque hay una investigación detrás de eso. El fiscal Martín lo fue haciendo por partes, porque había información que servía y otra que no.

PR- ¿Qué función le cabe al poder político en todo el tema de la inseguridad?

LE- El poder político debe controlar. Vayan a ver qué pasa con la gente que está con libertad morigerada. Si no se controla, todos se desentienden. El juez oficia la libertad morigerada, entonces lo largan. Si no controla el poder político esto es un desquicio.

PR- El tema es quién conduce a la policía. Porque parece demasiado poder para un senador tener influencia sobre la policía, la justicia y los medios de comunicación.

LE- Yo tengo una cuota de poder que me la da la gente y me ampara la Constitución de la provincia, a tal punto que dice que esta persona tiene inmunidad legislativa, no lo molesten, no lo acusen, déjenlo trabajar en paz. Que se exprese libremente y que nadie interfiera. Esa confianza del poder público uno tiene que utilizarla.

PR- Igual, no le parece que es demasiado poder el que está reuniendo, con influencia sobre la justicia, los medios de comunicación, sobre la conducción de la policía.

LE- No, es un disparate eso. Ojalá yo pudiera conducir a la policía y decir qué tienen que hacer, que se pongan los uniformes, que me digan dónde están los 60 policías que no aparecen. Poder terminar con el tema de las carpetas médicas porque no quieren hacer un operativo. Ojalá yo pudiera tener ese poder de conducción. Lo que sí es cierto es que a la fuerza policial hay que conducirla, porque si no la conduce el poder político, la policía se autoconduce y cuando hace eso es con criterio de recaudación: esto vale tanto, esto tanto, aquello tanto. Yo también usé ese poder político para desde una banca poder decir que esperan para meter preso a Azcaíni, al Mele Reinoso, que esperan para meter preso a la Justicia Federal. El control sobre la actividad de la policía y los jueces es fundamental que lo haga la ciudadanía, y lo hace a través de diferentes canales: organizaciones, medios de comunicación, los políticos que nos queremos meter en el tema y controlar. Estamos en un liberalismo penal absoluto, el Estado se vive replegando y la calle la gana el delito. Entonces cuando la gente se enloquece y golpea o mata a un delincuente, es un fracaso del Estado porque si hubiera actuado a tiempo, y la persona que cometió un delito estuviese procesada y condenada, la sociedad estaría más tranquila.

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