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El capital desaparecedor

Lucas Paulinovich – El gobierno hace una interpretación optimista de los resultados electorales. Lee los votos en clave de acompañamiento homogéneo, aval sin distingos para el ajuste. El paquete de reformas anunciado célebremente fue parte de una serie de movimientos que tienen en común la ocupación de puestos estratégicos por tropa propia en reemplazo de socios alicaídos. El aristocrático Luis Etchevehere entró en Agroindustria en sustitución del radical Ricardo Buryaile, desgastado y sin margen. Al formoseño lo mandan a Europa como un tibio reconocimiento a los servicios prestados. El nuevo ministro dio su primer gesto, casi una formalidad de bienvenida: eliminó la obligación para liquidar divisas.

El triunfo electoral apuró, también, la persecución judicial contra opositores y el desfile de encarcelados. Disciplinamiento para todos. El show de la detención y traslado de Amado Boudou ordenado por el juez Ariel Lijo, fue la respuesta inmediata a las presiones del oficialismo en el Consejo de la Magistratura. La batalla judicial tiene varios frentes: Comodoro Py, la Magistratura, las Cámaras Federales, la Corte Suprema, la Procuración, los estudios televisivos. Operadores, voceros y alcahuetitos de ocasión, se la pasan entre maniobras de distracción y breves asonadas que no siempre terminan bien. Lijo cumplió, pero una misión no es toda la tarea. Al ex vicepresidente lo fotografiaron, lo pasearon, lo humillaron. Por ahora sirve, margaritas a los chanchos.

En esa danza de los relevos, aparece el tal Fernando Oris de Roa como nuevo embajador en Washington. El núcleo macrista, los cibernéticos, avanzan con todo. Corren a los abogados radicales. Y van también por las clásicas mañas de los diplomáticos de carrera. No hay tiempo para la lentitud. Oris de Roa es uno de los empresarios del agronegocio. Innovador y especialista en inversiones. Salido de la cantera de la Modernización. Fue director de la compañía San Miguel, la máxima productora de limones en el país. Uno de los felices con la recomposición de relaciones carnales, por ahora limitada a la venta de frutas para limonadas californianas. Se formó en la Kennedy School of Government de Harvard e integró el Consejo Consultivo del Rockefeller Center. La designación fue unas horas antes de que el presidente viajara a la reunión del Consejo de las Américas. Protocolo y ceremonial.

El hombre de los limones tendrá como tarea destrabar el conflicto por el cierre de la canilla de biodiesel y la entrada de carne argentina a los Estados Unidos. No todo puede ser para los suyos. Aunque Oris de Roa es un empresario diversificado: además es director en PDA –Pequeña Destilería Argentina-; forma parte de la minera Orocobre que explota litio en Jujuy; y es fundador de Avex, productora de pollos con sede en Río Cuarto. En ese rubro fue socio del ilustre Grobocopatel, cerebro del reformismo biotech.

Pero lo singular de su currículum está dado por su participación en el directorio de Expofrut, la empresa líder en producción, empaque y comercialización de frutas y hortalizas del Valle de Río Negro y Neuquén. La multinacional coloca el 90 por ciento de su producción en el mercado externo y abarca cerca del 28 por ciento del mercado. Cuenta en su propiedad con más de 20 mil hectáreas y más de 20 establecimientos distribuidos en Río Negro, Cuya y el Noroeste Argentino -NOA-. Tiene alrededor de 1.700 empleados mensuales y en épocas de temporada la suma trepa a seis mil. Además trabaja con más de 450 proveedoras de frutas, a las que considera aliadas estratégicas de la compañía y le permite presencia territorial en Tucumán, Salta, Entre Ríos, La Rioja, San Juan, Mendoza y Buenos Aires. Además de Río Negro y Neuquén, claro.

En octubre de 2011, Daniel Solano, miembro de la comunidad guaraní Misión Cherenta, viajó desde Tartagal hacia el Valle Medio de Río Negro, para emplearse de forma temporaria en la cosecha de manzanas. El establecimiento de Lamarque estaba bajo control de Agro Cosecha SRL, una tercerizadora de Expofrut. En la madrugada del 5 de noviembre, Solano fue visto por última vez cuando era sacado del boliche Macuba, en Choele Choel.

El día anterior había recibido 860 pesos. Expofrut giraba unos tres mil pesos para cada trabajador, pero Agro Cosecha aplicaba una retención. Solano organizó a sus compañeros para pedir el reintegro de lo adeudado. Con ese mecanismo, en los últimos cuatro años, la empresa se había quedado con casi 18 millones de pesos de los trabajadores. Mandaron un provocador al boliche donde estaba Daniel. Se armó una pelea y lo sacaron los policías. Nunca más volvió.

El pacto feudal entre el poder político, judicial, policial y mediático, funcionó a la perfección. Secuestro, desaparición, encubrimiento e impunidad. Una secuencia que hoy cobra vigencia y se agrava con la participación del gobierno nacional en la desaparición de Santiago Maldonado. El cadáver de Santiago apareció. El caso cobró notoriedad y algo se rompió en las complicidades internas. Pase de facturas, presiones, idas y vueltas de la maquinaria del terror que actúa en el subsuelo del poder institucional. En cambio, en los límites de lo provinciano, no hay acompañamiento popular que agilice la investigación. En su momento, el abogado de Solano tuvo que refugiarse en una iglesia y ser custodiado. En la misma línea de la desaparición de Daniel y con actores en común, se chuparon a otros dos trabajadores: Pedro Cuba y Héctor Villagrán. La causa aún continúa empantanada.

Ese poder empresarial que articula con las fuerzas policiales para defender sus intereses con el amparo de la justicia es el que llega al poder político. Modelo de exportación. Limones y metodología del terror. Control social y ventas globales. La imaginaria góndola universal replica también las formas de explotación, sometimiento y violencia del supermercadismo. Poder territorial, cruento y corpóreo, para negocios transnacionales. Una trama perversa que se sintetiza en una nominación. Seguridad jurídica para mostrar al mundo. Los empresarios ilustrados que nos representan. Oris de Roa, uno de nuestros hombres ejemplares, a la Embajada. La que nos devuelve al mundo.

 

Fuente: Agencia Sin Cerco.

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