(María Teresa) Una muy compleja situación está viviendo la localidad de María Teresa por las complicaciones generadas por los últimos temporales. La Comuna debe pagar viáticos del chofer de una máquina que hace dos años no funciona, y pese a que logra avanzar con los trabajos, reclama a Vialidad Provincial que brinde mayor respaldo para ejecutar las obras que permitan resolver la crisis hídrica.
“Tras varios reclamos ante la Dirección Provincial de Vialidad, Región 7ª; recibimos la visita de su responsable el ingeniero Daniel Villar. Es que estamos con varias rutas provinciales (que son de tierra) que atraviesan el distrito María Teresa anegadas, cortadas”, señaló la presidenta comunal de María Teresa, María Cristina Gómez. “Estamos trabajando intensamente para que vuelva a la normalidad nuestro distrito, pero la mayoría de las situaciones se han generado en torno a caminos provinciales, por lo que necesitamos que la provincia, cuanto menos, nos de una mano”, precisó Gómez.
En esta línea precisó: “Estamos trabajando junto a los productores y transportistas. En cada sitio. Tratando de que todo se solucione lo antes posible”.
Roberto Freites, secretario de Obras Públicas de la Comuna brindó detalles sobre los sitios que han quedado aislados por la acumulación de agua en caminos rurales: “El camino que va a Villa Cañás, a la Espigadora, el que pasa frente a la Estancia ‘La Barrancosa’ y va hacia Venado Tuerto. Inclusive el que va a Teodelina, que tiene dos escuelas rurales en el medio (como son las que van a de Santa Lucía y la de la Estancia La Barrancosa). Todos ellos están cortados”.
El distrito María Teresa presenta características geográficas que lo hacen particularmente propenso a las inundaciones. Y a ello, a criterio de las autoridades locales, se sumó la falta de inversión del gobierno de la provincia en alteo y mantención de caminos.
Sobre la asistencia que está brindando el gobierno provincial, Freites señaló: “Nos mandaron la máquina por un día, que trabajó y lo único que pudo hacer es atajar el agua. Después la Comuna tuvo que ir durante 4 o 5 días, con nuestra máquina, con más de 180 camiones de tierra y un costo de 70 mil pesos aproximadamente a altear el camino”. Sobre una situación similar sucedida el año pasado, Freites comentó: “El año pasado la Dirección de Vialidad se había comprometido a que nos iba a reintegrar el dinero invertido, pero no fue así. En otra ruta provincial que es el camino que va desde María Teresa hacia Christopersen, llevamos invertido muchísimo dinero. El camino está casi 2 metros por debajo del nivel de los campos. Y casi todo el trabajo que hicimos allí, con esta lluvia de casi 700 milímetros desde enero a marzo, es como si no hubiésemos hecho nada. Todo ese esfuerzo que se hizo no se ve reflejado en ningún lado”, se lamentó.
Según comentó Freites: “Villar se comprometió a que en la tarde del viernes habría una máquina acá, para darle paso a una de las rutas provinciales. No hasta el pueblo, porque si se arregla ese camino se estaría invirtiendo mucho para que en la primera lluvia se perdiera de nuevo. Entonces arreglaríamos un tramo en donde después se podrían utilizar los dos caminos comunales, que están mejor arreglados y están en el mismo nivel que el campo”. La estrategia para solucionar rápido la situación y no hacerlo dilapidando recursos en obras que desaparezcan con las primeras precipitaciones, es compleja.
Más adelante, Freites explicó: “El compromiso de Daniel Villar es prestar una máquina que va a limpiar un antiguo canal para que en esa cañada se pueda bajar el nivel del agua unos 40 cm. Por lo que quedaría viable para poder pasar. También se compromete a hacer una parte en el camino de Santa Lucía, que es una obra de unos cuantos kilómetros, que es donde se ubica la escuela rural. Si dejara de llover no habría inconvenientes porque en una semana se va el agua y podes transitar. El problema es que te llueven 30 milímetros y el camino se corta por 300 o 400 metros. Son cuencas cerradas que no tienen para donde salir. Y el costo para la Comuna en arreglar esos caminos y tercerizar la obra lo hace inviable. El convenio que nosotros tenemos con la Dirección Provincial de Vialidad por el tema de caminos, es la conservación, que serían los repasos y los trabajos livianos. Ya cuando hay que hacer una extracción lateral o agregar tierra para subir el nivel, estos trabajos no existen en el convenio, pero le corresponde a la Dirección Provincial de Vialidad”.
Para terminar de pintar el panorama de su distrito, María cristina Gómez relató: “La única máquina que la DPV le presta a esta Comuna está parada. Está rota. En varias oportunidades reclamamos, presentamos el presupuesto del arreglo, pero cambiaron autoridades y se ve que cambian las prioridades; porque no la han arreglado. Lo desesperante es que la Comuna, por convenio, debe absorber el 80 por ciento de los viáticos del chofer de una máquina que no funciona. No es culpa de la Comuna ni del chofer. Es culpa de Vialidad. Es trágico”, concluyó Gómez.
