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Del Frade señaló los vínculos del grupo dueño del Castelli con el negocio de PAMI

El Pami decidió unilateralmente cambiar cinco mil cápitas del sanatorio San Martín y pasarlas al sanatorio Castelli en plena convocatoria de acreedores. En ese marco, surge la figura del Grupo Tita, la firma rafaelina que adquirió el sanatorio Castelli en plena decadencia. PUEBLO Regional dialogó con el diputado Carlos Del Frade, quien investigó la trayectoria del grupo empresario y reveló algunos nexos significativos de la trama de fondo en la crisis local de la salud.

“Los Tita, junto a los Parra, Casabella y Barreiro, son las familias que se hicieron empresarias del negocio de la salud en Rafaela. Generación tras generación construyeron un poder económico y político muy importante. A partir de la década del ’90, con el asesoramiento del actual presidente de la Corte Suprema, el rafaelino Ricardo Lorenzetti, se convirtieron en Apreme, una organización gerenciadora de los recursos del Pami, como fue denunciado por Graciela Ocaña cuando fue administradora del Pami durante los primeros tiempo del gobierno kirchnerista”, apunta Del Frade.

El periodista y actual legislador por el Frente Social y Popular indica que esas familias continúan manejando las cápitas del Pami, “por eso se han quedado con muchísimos sanatorios en Santa Fe y otras provincias. Entienden muchísimo el negocio de la salud pero han puesto en el altar al Dios Dinero en vez de la salud humana y eso se ve en las consecuencias de sanatorios cerrados. Esas familias terminan haciendo más negocios que salud”.

Actualmente, el sanatorio Castelli está funcionando con pulmotor, prácticamente cerrado y sin prestar servicios. Para Del Frade, el negocio es “comprarlo al menos precio posible, negociar la desvinculación de los trabajadores que están meses sin cobrar y terminan aceptando cualquier condición”. De esa manera, “cuando se los retoma, se lo hace como trabajadores nuevos”. Y desarrolla lo que considera una “matriz” que se repite en distintos lugares: “el negocio de los sanatorios cerrados es eso: que aparezcan aportes del Estado, de los gobiernos, y así el aporte privado es cada vez menor, y cuando aparece, empieza ganando de entrada porque se le condonan las deudas y la masa de trabajadores renuncia a sus derechos por la urgencia y la asfixia por no cobrar su sueldo”.

En ese sentido, el diputado afirma que es necesario reclamar que se transparente la distribución de las cápitas del Pami a todos los sanatorios. “No puede ser que aparezcan estas familias históricamente vinculadas al presidente de la Corte recibiendo esas cápitas, convirtiéndose en salvadores de esos sanatorios que van cerrando. Y al mismo tiempo ser muy exigentes para que haya controles y que los trabajadores no queden aislados, desesperados y dejados al costado por las dirigencias sindicales”, sintetiza.

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