(Nota publicada en segunda edición de mayo de PUEBLO Regional) El rumor del agua es adormecedor. Las pequeñas olas golpean contra los cimientos del hotel derruido. Melincué, ya no es lo que era. Pero sueña con volver a ser un polo turístico como en las primeras décadas del siglo XX. Las inundaciones de 1975 hicieron su efecto destructor y los distintos gobiernos nacionales, provinciales y comunales acompañaron el proceso demoledor.
La localidad de Melincué es cabecera del Departamento General López, en el extremo sur de la provincia de Santa Fe, y el distrito entre la parte urbana y rural ocupa 277 Km2.
Hoy, el predio que rodea al viejo Hotel Provincial de Turismo de Melincué vuelve a ser punto de atracción para muchos curiosos. Las aguas bajaron y dejaron al descubierto las viejas instalaciones enmohecidas, con revoques caídos, techos inexistentes, aberturas podridas, y un fuerte olor a agua estancada.
A principios de 1930 una compañía construyó un majestuoso hotel sobre una de las seis islas naturales de la laguna y lo comunicó con la costa mediante un espigón. Esta era la obra más importante dentro de una serie de construcciones que conformaban el balneario.
A partir de esta edificación y el complejo turístico que lo rodeaba, Melincué se convirtió en un pueblo atrayente para los vecinos del sur santafesino y las provincias lindantes. Pero la naturaleza se tomó venganza de la invasión humana, y en 1933 dio un aviso de lo que vendría, con una primera inundación de las instalaciones.
Ese desborde de las aguas llegó hasta el pueblo, pero el comienzo de un hemiciclo seco que se extendió hasta 1970 hizo que la laguna volviera a perder nivel y retornara la calma a la localidad.
Sin embargo, en marzo de 1975 una impresionante lluvia produjo el anegamiento del hotel y el agua llegó hasta el casco urbano.
«En pocas horas ya había dos metros de agua en el hotel y apenas pudimos sacar algo de la mercadería, pero las pérdidas fueron cuantiosas. Además, nos quedamos sin trabajo porque el hotel quedó literalmente bajo el agua», recuerda Esther Tacconni quien por esos años estaba a cargo de la concesión del hotel, y en rigor de verdad, fue la última responsable del comedor del suntuoso complejo.
Tacconni y su esposo regentearon el lugar durante tres años: «El 73 fue flojo, el 74 mejoró bastante y el año 1975 era muy bueno, pero nos sorprendió la inundación y el anegamiento que se produjo en marzo».
Fue tal el nivel de crecida de la laguna que en 2001-2002 llegó a cubrir gran parte de las instalaciones del hotel, al tiempo que el pueblo tuvo varios sectores anegados.
Después de largas semanas de zozobra en que los vecinos hacían guardia para fortalecer las defensas con bolsas de arena para evitar que el agua siguiera ingresando al pueblo, en 2005 comenzaron las obras de estabilizado para tratar de bajar el nivel de la laguna.
Mientras el viejo hotel de la década del 30’ del siglo pasado queda cada vez más enterrado en la historia, surgió la posibilidad de volver a convertir al pueblo en polo turístico con la instalación del Hotel Casino & Resort de Melincué, inaugurado en 2007, que por estos días, ha generado una revolución comercial en la localidad.
La historia del Hotel Provincial de Turismo de Melincué está cargada de nostalgias, tristezas, alegrías y sinsabores. Los mismos sentimientos que corroyeron la vida de los vecinos del pueblo, que hoy sueñan con un renacer desde las profundidades de la laguna.
