La fábrica de quesos Chauteabriand, de Carmen, cerró sus puertas y dejó en la calle a los 17 operarios que trabajaban directamente en el establecimiento. Ante la falta de respuestas por parte del dueño, Aldo Muscolini, los trabajadores decidieron tomar la planta. Toda la región se ve conmovida con la determinación que exhibe la situación de la actividad económica, pero a la vez manifiesta una forma de proceder por parte de los empresarios que se desentienden y abandonan a sus trabajadores.
“El conflicto viene desde hace algunos meses, veníamos observando que la fábrica venía cayendo. Nosotros planteamos distintos caminos para que la fábrica pueda reflotar. La alternativa que propusimos fue la reducción horario, también tomar algunos caminos alternativos en caso de conseguir compradores, porque la querían vender. Pero no quisieron ninguna. Nosotros buscamos todas las maneras posibles para una solución, lo que más nos indigna, aparte de perder el laburo, que para la zona representa mucho, es que tuvimos que pasar las fiestas lejos de tu familia. Da mucha incertidumbre y tristeza”, comenta Martín Fernández, uno de los trabajadores.
La fábrica funciona desde 1997, cuando se dedicaba a la producción de leche fluida. Desde 2001 se volcó a la producción de quesos, llegando a trabajar alrededor de 33 mil litros diarios, con distribución en la región de Cuyo y la costa. Durante el desarrollo del conflicto circularon versiones sobre posibles compradores que, luego, fueron descartadas. Los últimos meses se venían trabajando solo tres días a la semana. Los trabajadores señalan la intención del dueño de vaciar la empresa.
“Muscolini quiere ir vaciando la empresa de a poco. Ha ido dejando ir los tamberos, entregando la plata a plazos y se llegó a quedar con 6 mil litros de leche de la fábrica y comprar leche que venía en negro”, comentan los trabajadores. Y agregan, en relación a los manejos administrativos de Muscolini: “en su momento había problemas para conseguir la materia prima, después se empezó a regularizar, pero de un momento al otro dejó de venir el camión que proveía. Así se fue cayendo hasta que entró en conflicto la situación hasta que tomó la decisión de cerrarla completamente. Vino con una escribana y comunicaba que cerraban”.
La situación de las 17 familias se hunde en la incerteza para enfrentar el inicio del nuevo año. Los trabajadores quieren encontrar una respuesta y volver a producir y mantener sus fuentes de trabajo que, en la gran cantidad de los casos, son los únicos ingresos familiares. “Nosotros vamos a apostar a la reapertura. Hubo mucha violencia de parte de la patronal por como lo hicieron. La idea nuestra es volver a trabajar, vamos a ver cómo”, sintetizan.
