En aquella oportunidad, Belatti se hizo pasar por alguien que deseaba interrumpir un embarazo. Recorrió los circuitos de Venado y llegó a dos enfermeras que le ofrecieron el aborto. “Es tremendo por las condiciones: podía ser en mi casa o en la cocina dónde trabajan ellas. Las variables eran con dolor o sin dolor. Esto llevó a que muchas mujeres que atravesaban por esta situación, cayeron a lugares donde terminan por perder la vida”, cuenta.
Además, detalle que en el hospital en ese momento se procuraba “salvar vidas”. Y pese a que era una verdad conocida por muchos y silenciada, la Justicia, que pocas veces actúa de oficio para casos de corrupción o robos, en ese momento actuó de oficio basado en esa investigación y médicos que trabajaban para salvarles la vida a las mujeres, fueron procesador. “Ese fue el sabor amargo de esa investigación”, apunta.
En cuanto a los ejes que se discutieron en la reciente aprobación de la ley en Diputados, Bellati explica que entonces “se sabía en Venado que había médicos, pero yo no estuve delante de ningún médico. En su momento lo llamamos ‘el aborto de los pobres’ porque sabemos que las familias que podían costear el aborto iban a clínicas de la región y tenían toda la seguridad”. Y finaliza: “nadie está a favor del aborto, la discusión no es sí o no, sino aborto clandestino o despenalizado. El debate llevó muchísimo tiempo, queremos que el Senado apruebe la despenalización. Pero de no ser así la Argentina avanzó muchísimo porque se ha llevado a debate”.