(Venado Tuerto) Luego de muchos dimes y diretes, en la sesión de anoche del Concejo Municipal venadense quedó firme el veto del Ejecutivo a la ordenanza que imponía un aumento del 17 por ciento en la tarifa de taxis y remises.
La medida es el punto final de una bochornosa polémica que comenzó con la aprobación de una ordenanza autorizando el aumento votada por unanimidad, una serie de protestas de inusual virulencia para lo que es Venado, encabezada por remiseros y taxistas, y una serie de contradicciones entre el Ejecutivo y el Legislativo sobre los pasos a seguir para tratar de dejar a todos contentos.
Finalmente, la votación del miércoles en el Concejo terminó 6 a 3 con el sufragio negativo de los ediles de Nuevo Horizonte, Liliana Rostom y Francisco Paris, a los que se sumó el legislador Carlos Aldasoro.
Vale recordar que varias alternativas se analizaron en los últimos días para tratar de destrabar el conflicto. Por un lado la gente de Nuevo Horizonte propuso dejar firme la ordenanza y en un par de meses hacer un nuevo recálculo, oferta que fue rechazada por los trabajadores del volante por entender que esto representaría un doble gasto en la calibración de los medidores, además del descontento que generaría en los usuarios.
Los ediles del oficialismo, con Germán Mastri a la cabeza, reconocían que el aumento se había decidido con demasiada celeridad y sin hacer una consulta amplia con los remiseros, por lo cual se mostraban dispuestos a renegociar el incremento de la tarifa antes de ponerlo en práctica, postura a la cual también adhería el socialista Fabián Vernetti. Este impasse iba acompañado de la elaboración de una fórmula polinómica para poder hacer un cálculo efectivo del incremento periódico que tendría el servicio.
Los remiseros y taxistas, en tanto, postulaban la necesidad de que no se aplicara el aumento del 17 por ciento por un mes, y que en esos 30 días se elaborara una fórmula para arrancar con un aumento más cercano a sus apetencias.
El Ejecutivo, por su parte, estiró al máximo la posibilidad de vetar la ordenanza, reconociendo que es un duro golpe a las instituciones si se tiene en cuenta que el motivo de la marcha atrás tuvo su origen en la fuerte protesta que los choferes protagonizaron frente al Concejo Municipal, con quema de gomas, improperios y algunos empujones.
