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Periodistas justifican linchamientos, fogoneo constante del odio y la disgregación

(Nota «Después de 4.000 años no aprendimos nada», de la edición abril de PUEBLO Regional) Muchas voces se oyeron en las últimas semanas sobre los «linchamientos» de presuntos ladrones ocurridos en distintas ciudades del país. A las distintas posiciones marcadas por dirigentes políticos y funcionarios, se sumó el tratamiento que dieron los medios de comunicación. En Venado Tuerto los comunicadores Juan José Echeverría y el corresponsal santafesino Darío Schueri dieron la nota, con comentarios en defensa de los justicieros en masa. PUEBLO Regional en su edición papel de abril, reflejó una conversación de estos dos lamentables referentes de la sociedad.

Fogoneo mediático
“Entonces ahí está el cartel, pero vamos a ver si los rateros se amilanan ante el cartel, que es en definitiva lo que quiere la gente. ‘Ya que la policía no los asusta, por lo menos los vamos a asustar nosotros’. Está todo bastante enrevesado”, explicaba el periodista santafesino Darío Schueri en una de sus intervenciones diarias en una importante emisora de Venado Tuerto.
En el barrio Los Hornos de la ciudad de Santa Fe, vecinos amenazaban a potenciales ladrones con quitarles la vida. Desde los estudios de la radio, Juan José Echeverría le respondía: “Recién nosotros lo decíamos acá, modestamente, que este tema está siendo analizado por aquellos que son expertos. Indudablemente que desde los medios de comunicación tenemos que ser cuidadosos de no fogonear esto; y los gobernantes tienen que tomar en cuenta una cosa: está mal eso (Nota del Editor: se refiere a los linchamientos y casos de justicia por mano propia) pero es la reacción del hartazgo de la gente. Está muy mal, pero es el hartazgo de la gente que dice: ‘che, pero ustedes no nos defienden. Yo me siento totalmente desorientado cuando voy por la calle, con un miedo terrible. Es el hartazgo de la gente. A lo mejor esto también sirve para que el Estado empiece a actuar en este tema”. En este punto, el planteo es: “Esto está mal, pero es entendible”, con lo cual el mensaje es “no está tan mal”.
El santafesino vuelve a la carga: “(…) la gente está también harta de la poca respuesta de la justicia, independientemente de la policía porque sí, la tarea de prevención, hacer allanamientos, la detención preventiva de sujetos que… pero también te aparecen algunas organizaciones… (N del E: se refiere a organizaciones de derechos humanos) ‘que bueno, cómo lo van a detener a cada rato porque son morochitos…’. Convengamos que también al policía vos le aflojás un poquito la rienda y ya se le va la mano. No solo que lo detienen sino que por ahí le pegan. Entonces dicen. ‘Vieron, ustedes quieren que me detengan para que me pidan los documentos, pero me llevaron a la comisaría y me pagaron…. Hay toda una cuestión media rara. Pero el tema es que, cuando los atrapan después de cometer un delito, el tema es la laxitud de las leyes. Hacen que los propios vecinos te digan: ‘pero el que robó hace una semana, ayer lo vimos pasar’. Eso también les da bronca. Y en el tema de los medios hay una delgada línea, porque nuestra obligación es informar, está bien… De informar a fogonear… Pero vos no podés dejar de dar a conocer un hecho. La gente no actúa en función de los medios. Al tipo que le robaron una, dos, tres veces… Atrás de la legislatura hay una bioquímica que dejó el auto en la cochera, a la que le robaron el auto unos pibes de 12, 15 y 16 años; y el de 12 le apuntaba con una pistola al vientre. Finalmente ella forcejeó y le pegaron un tiro en el brazo. Va a quedar lisiada de por vida porque le explotó un hueso, por más que le pongan yeso…”. “¿Y entonces?”, dice el periodista venadense. “¿Y entonces qué hacemos?”, repregunta, en sintonía Schueri. Y agrega: “Si vos le preguntas a esa bioquímica, lo quiere ahorcar con sus manos por más que tenga 12 años. Permítaseme la expresión vulgar, soez”. Desde estudios Echeverría, movilizado, pide sinceridad: “Si, no tengamos más miedo, Darío. No tengamos más miedo, porque es lo que uno piensa. Porque vos charlas con alguien en el bar y te dice esto. Pero acá en el micrófono: ‘no, por favor…’ Está muy mal lo que está haciendo la sociedad, pero…”. Schueri, con tono lacónico de disertante, dice: “Los vecinos del barrio Los Hornos, donde está este famoso cartel, y las vecinas horrorizadas, dicen: ‘no, la violencia’. Y agregan: ‘pero bueno, algo hay que hacer…’ Y entran a contar: ‘A aquel otro lo arrebataron’. ‘A un chico lo robaron’. ‘Al otro lo quisieron asaltar’. Entonces no faltó uno que saltó y dijo: ‘que dios me perdone, pero si yo lo agarro lo mato’. A la gente le sale de adentro, a lo mejor no lo mata porque no tiene voluntad. Es como todo. Vos te haces el malo cuando estás en patota (…)”. En el piso, el conductor pregunta en tono cómplice: “¿Darío, qué explicación psicológica le das a este hombre al que lo quisieron asaltar en Rosario, que está entre la vida y la muerte, y con un cuchillo le arrancaron un ojo, le reventaron la cabeza, qué haces?”. El santafesino responde: “Anda a decirle a los familiares de él, ‘no porque en todo caso, tenemos que ver la situación social de ese ladrón, fue un marginado, un excluido’ ¡Y a mí que me importa! Hace 10 años que me decís que estamos en una etapa de crecimiento e inclusión, no me vengas con que está excluido… Se junta todo. Es un cóctel peligroso y explosivo que no va a parar independientemente de lo que hagamos los medios. Si vos me preguntas, y querés que sea tremendista y fogoneador, me parece que no va a parar. La gente ya le encontró la vuelta y lo va a seguir haciendo. Hasta que no les den respuesta no va a parar. No va a parar. En una de esas si los molemos a palos nosotros a los choros en una de esas se acobardan, ya que no los acobardan la policía, ni la justicia, los vamos a acobardar nosotros”, sentenció Schueri. “Esto puede ser un pequeño antídoto para que ellos (N. del E: se refiere a las personas que delinquen) digan: ‘no, no lo voy a hacer porque me la van a dar…”, agrega Echeverría, con una luz de esperanza cristiana. “Esto me hace acordar a esas películas de cowboys o del Ku Klux Klan. Esas películas norteamericanas que hacían justicia por mano propia. Al que era negro iban y lo ahorcaban. Por supuesto que es irracional. Ponele el adjetivo que quieras. Pero la gente no va a actuar en función de lo que digamos los medios. No somos tan importantes como para que la gente diga: ‘no, no lo hagamos porque los medios dicen que no lo hagamos’. Si le encontró la vuelta va a seguir. Y te digo más: vamos a ver cuando procesen a algún vecino de los que participaron de estos linchamientos… Cuantito caiga un vecino preso y la justicia lo procese. Ahí se va a terminar de podrir todo, porque van a decir: ‘claro, a él sí y el choro está libre’. Guarda con este tema. Si yo fuera gobernante (en sus distintas formas: Ejecutivo, Judicial y Legislativo) estaría muy preocupado”.

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