La crisis del calzado se expande por toda la región. Lo que comenzó en Alcorta, con la pérdida de más de 50 puestos de trabajo, se propagó hacia Acebal, que en las últimas semanas, a raíz del cierre de fábricas, presenció movilizaciones en reclamo de un freno a las importaciones y una revisión de las decisiones económicas que llevaron al lento desguace de la industria. Gabriel Álvarez, periodista de Acebal, comenta que a partir de la baja en las ventas de Grimoldi, de Arroyo Seco, hubo un fuerte impacto en la región. En Acebal, que tiene 5.200 habitantes, había 35 fábricas de calzado. Dos ya cerraron producto de la crisis. Las otras son las que ahora advierten sobre su peligro definitivo.
“También se destaparon las miserias que viven los mismos zapateros, al tener un rubro con 35 fábricas más todos los talleres, y una economía dónde solamente empleados en blanco no hay 80. Cuando venían muy dulces, en la década anterior, no blanquearon a sus empleados. Pero hoy empieza a verse que el calzado es uno de los más afectados con las importaciones”, comenta Álvarez.
El periodista detalla que en la Feria de Exical en Córdoba, dónde se establecen contactos entre los fabricantes y las empresas, y funciona como una hoja de ruta o un termómetro de lo que va a pasar durante el resto del año, las impresiones recogidas fueron desalentadoras. “El primer día nos dimos cuenta que las ventas venían muy mal y las empresas vendieron a lo sumo para un mes y medio. El resto producción para dos semanas”, puntualiza.
Los fabricantes locales aseguran que no se puede sostener la producción y anunciaron que se les va a complicar para pagar los sueldos. En la Cámara del Calzado habrá una reunión entre gremios, fabricantes del calzado, el presidente comunal, funcionarios del ministerio de la Producción provincial, y el diputado José Núñez en nombre de la Nación, para buscar una salida a la situación. “Con los programas se van a beneficiar estas dos empresas, pero no el resto. Aquellas empresas, que muchas son familiares, no van a tener beneficios. Lo que dicen es que si les dan créditos para producir, los perjudican, porque el problema es las ventas. No hay plata, la plata se necesita para comer y la comida es lo más caro. Con el gobierno anterior pudieron comprar una máquina, algunos empleados se llevaban algunas máquinas y con algún plan, se abrieron talleres y empresas, se industrializaba. Con las importaciones se liquidó este negocio”, desliza el periodista.
Finalmente, sobre las posibilidades de reinserción de los trabajadores, Álvarez explica que “el agricultor cada vez está más cerrado e incorpora menos gente, el campo no le va a dar una mano a estas personas. Los comerciantes lo van a sentir y de manera equivocada no participaron de la movilización del otro día”.
