A principios del año lectivo, el decano de la Universidad Tecnológica Nacional de Venado Tuerto, Jorge Amigo, comentó sobre las primeras repercusiones del nuevo gobierno en el funcionamiento de la institución. Una de las señales iniciales se produjo a partir de la revisión de los contratados en las universidades nacionales decretada por el presidente, Mauricio Macri, ni bien comenzada su gestión y enmarcada en la ola de despidos que se desató desde el sector público y que llevó a la Argentina a aproximarse a la frontera de los dos dígitos de desocupación, superándola en el caso de algunas regiones, como el Gran Rosario.
“Tuvimos la suerte de pasar a planta permanente, fueron cinco personas no docente, asegurándoles estabilidad laboral. Eso repercutió en que tuvimos algún rojo en el presupuesto de sueldos y tuvimos algunos problemas para pagar algunos aguinaldos y horas extras. Pero los hemos podido llevar adelante”, afirma Amigo.
En ese marco, la gestión local intenta definir el panorama hacia los próximos meses sin la certeza poder afrontar las cargas impuestas con este presupuesto actual. “No sé qué va a pasar en octubre o noviembre cuando haya que ir cerrando el año. Toda la UTN arrastra un rojo enorme, porque se incrementaron los sueldos pero el gobierno no ha girado esa plata. No estamos consumiendo antes el presupuesto en sueldos. Es un gran desafío que tiene la UTN. Ahora el 15 de septiembre tenemos una reunión importante en Buenos Aires. También estamos muy complicados con los servicios, porque el gobierno nacional no nos giró las partidas para el pago de los servicios”, agrega el decano.
Desde la Universidad se realizó un planteo al Ministerio de Educación, que exigió las facturas de los servicios. Sin embargo, las autoridades niegan haber recibido un refuerzo presupuestario o una nueva respuesta. En ese limbo de incertidumbre permanece también la carrera de Ingeniería en Sistemas, que se había lanzado el año pasado y que requiere aún la aprobación final de las oficinas ministeriales.
“Nosotros cuando asumimos en el 2002, en esos momentos la situación era muy difícil. Pero indudablemente, la UTN ha recibido beneficios de políticas educativas que han facilitado la ingeniería. Ampliamos el edificio, nos equipamos, remodelamos laboratorios, como nunca antes. Ahora estamos en una incertidumbre de no saber si esas políticas van a continuar. Tenemos algunas puertas cerradas que nos impiden llegar a saber qué se va a hacer”, dice Amigo, y agrega en relación al escenario industrial en Venado Tuerto y los vínculos establecidos con la casa de estudio: “lo que nosotros vemos es que ha cambiado el hecho de que no hay oferta de programas o planes que antes le concedíamos a la industria para facilitar desarrollo tecnológico. De a poco, ahora, empiezan a aparecer algunos. El viernes estuvimos presentando un programa que viene de la Agencia Santafecina de Ciencia y Tecnología. Hay una merma en la ayuda de esas líneas de financiamiento que antes las teníamos”.
